El Viejo, como cariñosamente llamábamos al decano de la Orden, era siempre invitado a dar conferencias en universidades y colegios de todo el mundo. En...
“Es necesario, de vez en cuando, desocupar las gavetas del corazón” me dijo el Viejo, como cariñosamente llamábamos al monje más antiguo del monasterio. Él...