Me había despertado con buena disposición. Estaba muy temprano. La caravana todavía dormía. Al oeste el cielo revelaba un tono rosado que antecedía al azul....
“¿Puedes ver lo que existe del otro lado de la ventana?”, me preguntó el Viejo, como cariñosamente llamábamos al monje más antiguo del monasterio. Respondí...
Desperté bien dispuesto, y tarde. El caravanero ya estaba retornando con el halcón posado en el grueso guante de cuero en el brazo izquierdo, cuando...